50 ideas imprescindibles que no puedes desperdiciar

50 ideas imprescindibles que no puedes desperdiciar

A la hora de hacer AB testing, muchas veces se nos acaban las ideas y necesitamos apoyo externo para que nos vuelva la creatividad.

En este artículo te voy a hablar de qué es, cómo y por qué has de realizar pruebas A/B en tus envíos.

Además, te voy a compartir 50 ideas, tan efectivas como sencillas, para hacer tus tests AB y conseguir resultados que irás comprobando envío tras envío.

Pero antes de verlas, te voy a hacer la pregunta clave que va a ayudar a tomar conciencia de golpe del problema:

¿Si no haces tests, cómo puedes estar seguro de que tus emails están funcionando de la mejor forma posible?

Y no quiero parecer pesada, pero tras esta pregunta se impone otra…

¿Qué es el AB testing?


El AB testing es un término que se utiliza en marketing digital y en analítica web para dar nombre a los experimentos con dos variantes.

Dicho de otro modo, consiste en experimentar lanzando dos versiones de un mismo caso y ver cuál de las dos ofrece mejores resultados.

Este tipo de experimentos es muy común en campañas de email marketing que es justo donde nos vamos a centrar en este post.

Bien, ahora ya sabemos lo que es, con lo que pasamos a la siguiente pregunta.

¿Cómo decidir qué es lo que debemos testear?


Sí, efectivamente, lo primero que tenemos que hacer al plantearnos hacer tests A/B es tener claro qué es lo que queremos probar porque las posibilidades son infinitas.

Asumo el riesgo de parecer exagerada con la afirmación anterior, pero cuando llegues a la parte final de este artículo te pido que recuerdes esto y seguro que entonces me das la razón.

Digamos que si algo se puede cambiar, entonces probar ese cambio es casi una obligación.

Si se puede cambiar, ¿por qué no intentarlo?

Eso sí, tampoco es cuestión de marear a nuestra audiencia con mil millones de cambios que pueden transmitirles justo lo contrario de lo que queremos.

Me explico, pasarnos la vida probando nuevos formatos puede dar la sensación de que no tenemos rumbo y estamos agotando a la desesperada todas las salidas posibles.

Para evitar esto, lo mejor es enfocarnos en aquellos cambios que consideremos son los más importantes y con los que posiblemente consigamos un mayor impacto.

No perdamos de vista que las distintas pruebas que realicemos tendrán diferentes efectos de cara a la conversión.

Tras analizar el rendimiento de nuestra campaña de email marketing y detectar los puntos fuertes y los débiles, será momento de empezar con el AB testing.

Vamos a alejarnos un poco de la teoría y vamos a verla de una forma más práctica.

Supongamos que la tasa de apertura de nuestros correos es baja, entonces lo más lógico es que hagamos hincapié en la llave que abre la puerta a que los receptores de nuestro email sigan adelante, ¿no te parece?

Sí, obviamente estoy pensando en poner toda nuestra atención en el asunto.

Pasemos ahora a suponer que queremos aumentar el número de clics, en este caso, tendremos que trabajar las llamadas a la acción o probar a introducir algunos elementos “clicables” como son las ofertas.

Y ya cuando queramos dar más profundidad a nuestros correos, entonces entrarán en escena otros elementos como la personalización, los contenidos o los diferentes tipos de diseño.

Pasos básicos a dar en todo test A/B


Ya sabemos qué es, cómo y por qué debemos plantearnos hacer testeos de nuestros emails.

Ahora nos centraremos en ver el proceso paso a paso para conseguir la tan ansiada conversión que buscamos.

  1. Crear una hipótesis.
  2. Determinar el tamaño de la muestra, crear la prueba y los grupos de control.
  3. Crear variaciones de la prueba y enviarlas.

Las vemos en detalle.

Paso 1 – Crear una hipótesis

Crear una hipótesis no es más que pensar en las pruebas que queremos hacer y el resultado que queremos obtener con ellas.

A partir de tener clara la hipótesis tendremos definidos los siguientes aspectos:

  • El tamaño de la prueba que vamos a hacer.
  • Quiénes serán los receptores a los que consideraremos como grupos de control.
  • Durante cuánto tiempo vamos a ejecutar la prueba.
  • El análisis de resultados y el grado de éxito de la prueba en función de qué resultados consideramos como concluyentes y cuáles no lo son.

Vamos con un ejemplo:

Partimos de que nuestra hipótesis se centra en diseñar nuevas líneas de asunto y en la creencia de que escribir un copy directo en lugar de un avance de lo que desarrollaremos en el email, nos ayudará en 4 envíos a aumentar la tasa de apertura en un 2%.

La línea de asunto será la prueba y el éxito estará ligado a que los receptores (grupo de control) abran los correos en un período de 4 envíos (tiempo), considerando que alcanzaremos el éxito, sí y sólo sí, la tasa de apertura de los correos se ve incrementada en un 2% (análisis de resultados y grado de éxito).

Paso 2 – Determinar el tamaño de la muestra, crear la prueba y los grupos de control

Ahora nos toca tomar otra decisión importante como es establecer cuántas personas tomarán parte en los grupos de control.

Aquí se abren dos disyuntivas:

  1. Elegir un grupo de control amplio a priori nos permitirá contar con más información y tener una visión global de nuestra audiencia.
  2. Establecer un tamaño de muestra menor nos ayuda a acotar y evitar que los resultados se diluyan.

Pues bien, las conclusiones tras analizar distintos estudios teóricos concluyen que cuanto menor sea el cambio que queramos detectar mayor habrá de ser la muestra que debamos usar.

Paso 3 – Crear variaciones de la prueba y enviarlas

Es el momento de la verdad, ahora nos toca crear nuestra prueba, tal y como la hemos pensado y diseñado en los pasos 1 y 2.

Recuerda que en nuestro ejemplo, habíamos decidido usar un copy directo en lugar de informar ya desde el asunto del grueso del contenido de nuestro email.

Para este copy directo nos apoyaremos en técnicas de redacción que no se desvíen de este propósito (uso de palabras clave, separadores entre temas, personalización, etcétera).  

Tan pronto tengamos nuestros dos grupos de prueba definidos y las versiones de emails listas será el momento de poner todo el proceso en marcha y enviar nuestros primeros ensayos.

Y, ¿durante cuánto tiempo deberemos analizar los resultados de estos primeros envíos?

La respuesta es “depende” pero debes tener en cuenta que, en promedio, la probabilidad de que el receptor lea nuestro email disminuye de manera considerable después de pasar entre 3 y 5 días de su envío.

El tiempo de testeo de una prueba está muy relacionado con la prueba en sí misma.

Por ejemplo, si los cambios que queremos poner en marcha están relacionados con la frecuencia en el envío de nuestros correos, es lógico pensar que se dilatarán en el tiempo.

Por lo anterior, es importante comprender qué es lo que estamos testeando y darle el tiempo necesario de maduración para que los resultados que nos retorne sean fiables.

No me extiendo más y te doy paso a lo prometido, esas 50 pruebas que vas a poder hacer en tu AB testing.

50 ideas que no fallan para hacer tests A/B


Estas 50 ideas que veremos a continuación son las recomendadas por Return Path en su ebook All About A/B Testing vs How to Test, What to Test, and How to Analyze Your Results, y la sugerencia de este contenido me llega de Petr Ermakov.

Veámos la lista completa.

  1. Añadir personalización a la línea de asunto.
  2. Usar números en lugar de texto en la línea de asunto.
  3. Reescribir el asunto para crear un sentido de urgencia.
  4. Probar un copy directo en lugar de un avance del tema en la línea de asunto.
  5. Probar en la línea de asunto un copy motivacional tipo “Prueba ahora” en lugar de un sentimiento negativo de pérdida tipo “No te lo pierdas”.
  6. Presentar diferentes artículos de newsletter en el asunto.
  7. Cambiar el texto del preencabezado.
  8. Probar con un nombre diferente al típico “De”.
  9. Variar el tamaño y el color del título.
  10. Cambiar el orden del contenido.
  11. Ajustar la redacción del copy del cuerpo del mensaje.
  12. Variar la longitud del copy.
  13. Modificar el tono del copy: formal y corporativo, en vez de casual y amistoso.
  14. Probar un formato tipo “carta del CEO” frente a un diseño normal.
  15. Ajustar el equilibrio entre el formato editorial y el copy promocional.
  16. Probar listas con viñetas frente a párrafos de simple texto.
  17. Añadir un formato personalizado al cuerpo del copy.
  18. Cambiar el protagonismo del copy en el correo electrónico a favor de la landing page.
  19. Ajustar la estrategia de color.
  20. Usar el color para resaltar diferentes partes del correo electrónico.
  21. Probar un diseño multicolor frente a uno monocromático.
  22. Variar el tamaño de las imágenes.
  23. Probar con imágenes de personas frente a imágenes de productos.
  24. Probar con imágenes de fotos en lugar de ilustraciones.
  25. Personalizar las imágenes según el perfil o las preferencias del cliente.
  26. Añadir (o cambiar de lugar) botones para compartir en redes sociales.
  27. Optimizar o mejorar el diseño.
  28. Probar diferentes fuentes.
  29. Probar diseños de imágenes relevantes en lugar de solo texto.
  30. Insertar vídeos o gifs animados.
  31. Centrarse en los beneficios frente a las características del producto.
  32. Resaltar un solo producto en lugar de dispersar el mensaje incluyendo muchos.
  33. Reescribir las descripciones de los productos.
  34. Promocionar productos sin ofrecer un descuento.
  35. Probar con variaciones de precios y descuentos (% de descuento vs importe de descuento en €).
  36. Ofertar los envíos gratis en lugar de descuentos de compra.
  37. Personalizar ofertas basadas en compras realizadas anteriormente.
  38. Incluir opiniones de productos, reseñas y calificaciones.
  39. Añadir ofertas de “prueba gratuita”.
  40. Incrementar (o disminuir) el número de enlaces.
  41. Cambiar el tamaño del botón de llamada a la acción (CTA).
  42. Ser creativo con la redacción del call to action.
  43. Presentar un solo CTA frente a múltiples opciones que puedan distraer.
  44. Presentar el CTA una vez o mostrarlo varias veces.
  45. Cambiar el orden de los enlaces o CTAs.
  46. ​​ Variar la hora de envío de los correos electrónicos.
  47. Personalizar el tiempo de envío en lugar de hacer un envío para todos a la vez.
  48. Enviar en diferentes días de la semana.
  49. Aumentar (o disminuir) la frecuencia de envío.
  50. ¿Has llegado hasta aquí? ¡Genial! Es hora de comenzar desde el principio otra vez.

¿Cuántos de estas ideas de AB testing habías probado ya? ¿Cuál es la que mejores resultados te ha dado?

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2 comentarios en “50 ideas imprescindibles que no puedes desperdiciar”

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